viernes, 22 de julio de 2011

Realidad objetiva o creadores de mundos?

  
Realidad objetiva o creadores de mundos?


Durante años, el hombre ha estado convencido de que la realidad que nos rodea es objetiva, es decir, que existe total e independientemente del observador. El Universo está fuera de nosotros, y el hombre, por razones desconocidas (ya sea por azar natural o por intervención divina) únicamente participa en él como un espectador, donde su influencia en la realidad está limitada a leyes que la rigen y que no se pueden modificar.
Esa ha sido la premisa desde tiempos remotos, sin embargo, aunque en el pasado algunos sistemas de pensamiento han cuestionado este  “orden natural objetivo”, la ciencia actual ha empezado a descubrir indicios de la posibilidad de estar equivocado.

La primera pista científica surge del estudio del comportamiento de las partículas sub atómicas: Cuando se revela la propiedad dual de la materia  “onda – corpúsculo”, se descubre que una partícula subatómica se comportan como onda de probabilidades, pero cuando un observador “mide” la acción, la partícula se “convierte” en un fragmento de materia colapsándose en una sola opción. Depende de la medición u observación de “alguien” para que la partícula se comporte de una manera u otra. Estos hechos sugieren entonces que el estado de la materia depende del observador de una manera mucho más directa de lo que antes se pensaba o se daba por hecho. Todo esto nos abre a una nueva posibilidad: que la realidad que nos rodea  no es tan objetiva como pensábamos.

Explorando filosóficamente estas sugerentes afirmaciones, volvemos a preguntarnos: ¿Qué es entonces la realidad? ¿Cómo está estructurada? ¿Cuál es nuestro papel en ella? ¿Qué es lo que llamamos “real”? ¿Qué tanto depende la realidad del observador para definirse? 

Si pensamos en este sentido, entonces podríamos pensar que la realidad o el universo es como un mar infinito y caótico de posibilidades,  y que cada individuo a cada instante hace “real” las partículas que “observa”. Ello me recuerda la descripción de Don Juan de Castaneda (Libro “Las Enseñanzas de Don Juan”), donde dice que todos somos un cúmulo de fibras luminosas que forman un globo, y que la percepción de cada uno depende directamente de cierta sincronización. Basta cambiar esa sincronía para ver un mundo completamente distinto.  “ El Universo es más grande y más misterioso de lo que siquiera podemos imaginar”, afirma Don Juan.

Pero si cada individuo haría “real” lo que vé, lo que convierte en real dependería de lo “conocido” para él, lo cual haría que cada persona percibiera y viviera en un mundo completamente diferente. Esto evidentemente se dá en ciertos niveles (“cada cabeza es un mundo” reza el refrán) pero, ¿Porqué todos percibimos en esencia un Universo similar? ¿Porqué todos vemos un suelo, un cielo, gente, etc.)? ¿Hay acaso alguna estructura “base” que no podamos modificar y que constituya el Universo de leyes que la física a descrito y que es independiente de nosotros? ¿O acaso dicha estructura base está “incluida” en una especie de programa que ”traduce” la realidad? Para ello se requeriría una especie de “programación” en la que todos estuviéramos “sincronizados” para poder percibir el mismo mundo que conocemos e interactuar en él.
¿Cómo se da este proceso de “hacer real” ese universo de posibilidades?

Se dice que el hombre ve lo que “quiere ver”. Yo podría decir que el hombre ve “lo que puede ver”.  Pareciera que el caos que nos rodea se define a través de nuestros sentidos mediante una “programación” implícita en nuestro sistema: nuestro cuerpo “traduce” la información que capta y lo transforma en el Universo conocido.

La realidad sería entonces como un juego de video: nosotros vemos un mundo con leyes, ambientes, personajes, peligros, etc., con el cual podemos interactuar a través de la pantalla actuando como nuestros ojos y los controles como el resto de nuestros sentidos. Sin embargo, la información y la estructura que lo forma está compuesta de millones de códigos y cadenas de información, que en esencia son sólo impulsos eléctricos ordenados con cierta lógica, y si éstos aparecieran en nuestra pantalla del salón de juegos, serían incomprensibles. Es sólo a través de un computador dotado de un programa específico que “traduce” esos códigos binarios para hacerlos comprensibles a nosotros. Así vemos imágenes que aparecen en la pantalla, que representan un mundo en el que podemos interactuar, aunque en realidad solo hay impulsos  eléctricos.

Los celulares son otro ejemplo, ya que el caos de señales digitales o microondas en el ambiente  son incomprensibles para nosotros hasta que un celular “traduce” esas señales en conceptos conocidos factibles para interactuar con ellos.

En ambos casos, estos dispositivos solo pueden traducir para lo que están programados, no pueden “ver” más allá, y solo ofrecen los medios para interactuar en la realidad que ellos traducen. No más. 

Si esto se aplica a nosotros, entonces solo podremos ver lo que estamos programados para ver, y será imposible ver más allá. ¿Qué tanto existe en este instante alrededor de nosotros que “no estamos programados” para percibir? ¿Estaremos rodeados de fenómenos o incluso de seres que no podemos ver?
Si esto es así, y la realidad está constantemente definida sólo por un observador, ¿Qué pasa con las cosas cuando no hay nadie que las vea? 

Dice un koan: “…¿si un árbol cae en medio del bosque y no hay nadie para escucharlo, hace ruido?
¿Cuál es el estado de las cosas cuando nadie las ve? ¿Acaso no están definidas y solo existen como posibilidad hasta que alguien las ve y las “define”? 

Siempre me gustó la obscuridad, la ausencia de luz se me imagina como una síntesis del caos que nos rodea, el cual borra todo detalle y todo se reduce únicamente a aquello que alumbramos o que tocamos. Si aplicamos lo que la mecánica cuántica a descubierto, y pensamos en la luz como un instrumento de “medida” de lo que nos rodea, (medimos lo que iluminamos), entonces… ¿lo que está en oscuridad total se “borra”, se descompone y desparece,  y solo cuando la luz lo baña se vuelve a formar?

Observando los videos de exploración abisal en el mar, me vuelve la pregunta anterior: será que, mientras nadie lo vea, todo ese mundo en total oscuridad es un caos de probabilidades y cuando el submarino mecánico lo alumbra “se define”? ¿Eso significa que mientras no hay nadie que lo observe, no existen?
Lo interesante es que si no están definidos, ¿qué los hace ser lo que son y como son cuando éstos se definen? ¿Porqué aparecen peces, camarones y cangrejos iguales a los que viven en condiciones menos extremas? ¿Porqué otros aparecen extraños o muy “diferentes” de lo conocido?

En la película Matrix, cuando hay un “error” en el sistema, aparecen fenómenos que nosotros llamamos paranormales: fantasmas, “deja vu”, ovnis, etc. Lo cual significa el “esfuerzo” del sistema por absorber el “error”.
¿Será entonces que los fenómenos que no conocemos nuestro sistema los traduce a lo que conocemos lo mejor que puede? ¿Es posible que las criaturas abisales son muy diferentes pero nosotros las “vemos” asi?
Si trasladamos al espacio exterior las preguntas de las zonas abisales marinas, encontramos algo similar: ¿Será que observando el espacio sólo vemos ”lo que podemos ver” y hay millones de fenómenos que pasan desapercibidos? O en  el espacio, como las fosas abisales, no existe “nada”, tan solo posibilidades, y sólo cuando lo observamos se definen cosas? 

Si como vemos, la ”definición” a cada instante de la realidad por cada uno de nosotros es crucial para nuestra realidad, ¿Qué tanto depende entonces el Universo de nuestra acción? ¿Qué tanto participamos en la “creación de cosas”? ¿Cuál es en realidad “nuestro papel” en el Universo? ¿Acaso la afirmación del New Age acerca de que “somos creadores de Universos” es cierta? O Quizá el Universo es solo un “juego de video” con una “plataforma base” y una “programación” determinada para que podamos interactuar en él. Pero si esto es así… ¿de qué está hecha esa “estructura” y “donde” se encuentra?
Y lo más misterioso: ¿Quién o Qué hace las programaciones exactas para crear la realidad que conocemos? Dios?
Interesante….