martes, 1 de febrero de 2011

Apariciones Marianas… Realidad o ficción?


Como es tradición a principio de año, visitamos el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México, uno de los centros de peregrinación más importantes del mundo (algunos afirman que es el Segundo en cantidad de peregrinos después del Templo de San Pedro en Roma). Observando de cerca la venerada pintura, y percibiendo esa extraña energía que la rodea, no puede uno evitar preguntarse: ¿En verdad estamos ante una pintura sobrenatural que prueba la existencia de esa “otra” realidad divina? ¿o los millones de peregrinos y milagros son un engaño?

La historia cuenta que en los primeros días de diciembre de 1531, un campesino hacía su habitual caminata a la Cd de México en solitario, y al pasar por el Cerro del Tepeyac, se le apareció una “niña” con vestiduras luminosas, quien le pidió al campesino que comunicara al Obispo de la Nueva España, que edificara un templo en su honor en ese lugar. Como el campesino no obedeció a la primera, la Niña se le apareció repetidamente en el mismo lugar cada que el indio pasaba. Como el indio empezó a sentir miedo (hasta evitaba pasar por el lugar), terminó por confesar al obispo de tan extraña petición y éste (quizá por quitárselo de encima) le pidió una prueba de la aparición. Fue el 12 de diciembre cuando, al pedirle a la niña la prueba solicitada, ésta le pidió que en su manta que el indio usaba por ropas, le llevara al Obispo un ramo de rosas de castilla. El indio envolvió las rosas en su manta y al desenvolverlo frente al Obispo, éste casi se cae de la impresión: no tanto porque no era temporada de las rosas referidas, sino porque al caer éstas, dejaron al descubierto la pintura con la imagen de la Niña impresa en la manta, siendo ésta la que se encuentra en el altar mayor del templo donde hoy se venera. 

Los detractores de la santa aparición alegan que fue una “movida” de la Iglesia Católica para terminar de evangelizar a los indios que se negaban a abrazar dicha fé. No es un secreto que la venerada imagen y el milagro de su historia fueron determinantes para dicho fin.  Si el milagro de la Madre de México fue un engaño concebido desde el Vaticano, a la Iglesia le salió el plan estupendamente, ya que proclamar a los cuatro vientos su aparición, fue el punto final de la lucha de evangelización y el motivo definitivo para que toda una nación abrazara la religión Católica. Analizando el asunto racionalmente, estos hechos históricos son suficientes para desacreditar a la Sagrada Imagen, ver con compasión a todos aquellos que veneran un engaño y seguir nuestro camino. Pero, ¿existe una mínima posibilidad de que sea cierto? Explorémosla…

Recordemos que nuestra realidad es mucho más grande, más compleja y más misteriosa de lo que nuestra conciencia limitada nos permite ver.  Afirmar que es cierto o negarlo no nos sirve. Recordemos que nuestro mundo está compuesto por millones de posibilidades infinitas, de las cuales solo vemos una muy diminuta porción. La mayoría de esas posibilidades infinitas nos son ajenas en nuestro actual estado de complejidad. Es por ello que es más interesante explorar otras posibilidades a sentarme y limitarme a decir “si es cierto” o simplemente “no existe, es un engaño”.
 
Dejando de lado los cuantiosos milagros que la imagen tiene en su historial, y de los cuales es arriesgado aventurarnos, vamos a explorar posibilidades más mundanas.

En los años ochentas, aparece un libro titulado “El Misterio de la Virgen de Guadalupe” donde su autor, el español Juan José Benítez, narra como unos científicos especializados en óptica y fotografía descubren ciertas figuras reflejadas en los ojos de la Virgen: Un hombre barbudo junto a otras personas comparten una escena, la cual se presume que fue escenificada frente a la Virgen al grado de quedar “impresas” en la pintura. Para eliminar el argumento del azar de “alguien que ve figuras en las nubes”, dicha escena se repite en ambos ojos y presentando un conocido efecto óptico llamado “triple imagen de Purkinje-Sanson”, consistente en un triple reflejo localizado en cualquier ojo vivo, debido a que las caras de la córnea y cristalino actúan como espejos convexos. Cabe mencionar que dicho efecto óptico fue descubierto por los mencionados médicos un par de siglos después de que fuera hecha la pintura divina. ¿Será que el pintor anónimo se molestó en hacer este detalle con conocimientos muy avanzados en su época?

Otro estudio revela que varios objetos fueron pintados después (el ángel, la luna y las estrellas del manto), pero la imagen original, no presenta los trazos que todo pintor deja al cubrir una superficie con color. Simplemente la imagen de la Señora fue “impresa” de una sola vez.
 
Muchos detractores de éstos y otros estudios (incluyendo los que indican que algunos colores de la pintura original son de origen desconocido), indican que la misma Iglesia está detrás de los mismos para darle credibilidad, sin embargo los detractores se olvidan que JJ Benítez, es un periodista perseguido por la Iglesia, tachado de blasfemo, anticristo y excomulgado. Si la Iglesia hubiera financiado esos estudios, ¿habrían escogido a Benítez como la persona ideal para divulgarlos masivamente, cuando es un personaje non-grato para la misma?

El hecho de que la aparición de la Virgen haya sido el motivo para terminar de evangelizar a todo un pueblo, no es determinante de que sea un engaño. De todos es sabido que la Iglesia católica se ha valido en todo el mundo de “absorber” un sinfín de tradiciones, mitos y creencias, “traduciéndolos” al lenguaje Católico para que las personas que practican dichos mitos y tradiciones se conviertan a dicha Fé. ( tenemos como ejemplo las tradiciones Navideñas).  La Iglesia encontró que es más fácil absorber dichas creencias arraigadas en los Pueblos que eliminarlas, facilitando así el proceso de evangelización.

¿Es posible entonces que la Guadalupana haya sido una figura prehispánica venerada de forma importante, que al ser  “absorbida” o “traducida” a la fé Católica haya resultado con la conversión de la Nación? En los libros y crónicas prehispánicas se ha llegado a afirmar (extrañamente de forma muy superficial) que el Cerro del Tepeyac, escenario de las apariciones contadas por la Iglesia, era ya un punto de veneración y peregrinación por parte de los naturales antes de la conquista, donde se veneraba a una deidad femenina. ¿Cuál era el motivo de dicha veneración? No lo sabemos con certeza, sin embargo, esta afirmación abre una interesante posibilidad: Que la Virgen de Guadalupe sea una entidad que “existe” independientemente de la Iglesia. Y si a esas vamos, me atrevo a ir más allá: ¿Abre la posibilidad de que entonces sus apariciones realmente hayan sucedido?

Explorar la posibilidad de las apariciones, estamos metiéndonos en terreno arriesgado. Lo sobrenatural ya no es terreno racional. Pero, ¿es posible adentrarnos en dichos menesteres de la mano objetiva? Intentémoslo:

Si queremos aceptar la posibilidad de que las apariciones puedan darse por ciertas, necesitamos pruebas… A excepción de la pintura Guadalupana, no existen. Desafortunadamente solo podemos echar mano de testimonios confiables. Pero… ¿dónde hay alguien que tenga dichos testimonios? Quizá sea imposible, pero analicemos un par de casos que nos podrían ayudar:

Mi madre nos cuenta que cuando tenía diez años, una noche oyó discutir a su mamá con su padrastro. Ella, desconsolada por la escena, salió al patio de su pobre vivienda, y descubrió encaramada en las ramas de un árbol, a un personaje luminoso que ella identificó como la Virgen del Rosario, imagen que ella solía visitar en una Iglesia cercana. La Virgen le indicó que se acercara, pero mi madre tuvo tanto miedo que solo acertó a esconderse detrás de unos lavaderos de piedra, hasta que la Señora desapareció.

Independientemente de que dicho testimonio solo es válido para mi (¿quien no le cree a su propia Madre)?, podríamos alegar que se trató de una broma de la propia imaginación de una niña pequeña apesadumbrada por la mala calidad de vida que su madre y su padrastro le daban…. ¿o no?


Si un testimonio de una niña pequeña no es válido “racionalmente”, qué decir del siguiente caso: Las apariciones de la Virgen de Fátima. Esta vez fueron 3 los niños pastores que en 1917 en un poblado de Portugal fueron testigos de las apariciones de una entidad que ellos identificaron como la Santísima Virgen. Al contrario del relato de mi madre, ellos se acercaron y la aparición les reveló varios “secretos”, visiones y profecías. Fueron varios los encuentros con la Virgen, y como la gente adulta y racional no solemos dar crédito a la imaginación de los chicos, todos pidieron una prueba a los pastorcitos, quienes a su vez se la solicitaron a la Entidad que se les presentaba, la cual les dio fecha y lugar para dicho milagro. Es aquí donde el caso se vuelve valioso: enterados por las apariciones y la promesa de la prueba, miles de peregrinos se acercaron al lugar en la fecha señalada, algunos dicen que fueron cerca de 70mil. Pero lo valioso del caso es que el grupo no solo estaba compuesto de “fanáticos religiosos exaltados y dispuestos a creer cualquier cosa”, sino también estaba compuesto de escépticos, curiosos, artistas, escritores y periodistas de la época alertados por dichas noticias.  Y ante todos ellos el milagro sucedió: Nadie vió a la Señora con la que hablaban los niños, pero de pronto todo el cielo cubierto por nubes de lluvia se abrió, y el sol empezó a bailar en el firmamento. Incluso el fenómeno pudo observarse lejos del lugar donde la gente estaba congregada. Los mismos periodistas (escépticos a pesar de lo que vieron), se dieron a la tarea de investigar con los astrónomos de la época que había sucedido ese día, donde (obviamente) se encontraron con que el sol no se había movido de su lugar. ¿Entonces, que fue lo que vieron?

Si la cantidad y la calidad de los testigos del “Milagro del Sol” no son suficientes para sembrar la posibilidad (a pesar de lo contrario a la razón) de que en realidad sucedieron cosas extrañas en Portugal, no veo que otra cosa podría. Lo interesante es: ¿Porqué la ciencia no lo tiene como un suceso válido? ¿Porqué “oficialmente” sólo la Iglesia lo acepta como algo que realmente sucedió cuando un avistamiento de ese tamaño bastaría como prueba mundial de la existencia de otras realidades?


Quizá ahí está el punto: Al momento de que la Iglesia Católica lo “abraza”, automáticamente es un fenómeno “propiedad de Dios” y es automáticamente aceptado por el mundo católico y rechazado por la comunidad científica, y el mundo “racional”. ¿Porqué nadie cuestiona estos rechazos y aceptaciones? ¿Será que un fenómeno de tal magnitud tendría una consecuencia sin precedentes en la historia y por eso todos aceptan su “papel” de aceptar por fé y rechazar por raciocinio?


Pero, ¿y si dichos fenómenos existieran “independientemente” de la Iglesia?

Si nosotros en la actualidad vemos un disco luminoso bailando en el cielo, pensaremos que se trata de cualquier cosa menos de un milagro divino, desde naves extraterrestres hasta misiles nucleares de Irán o del país villano en turno. ¿Qué pasó entonces en Fátima? Cuando mi mamá ve a un ser luminoso piensa que es la Virgen del Rosario, imagen a la cual está habituada…Cuando los pastorcillos portugueses se les presenta una entidad luminosa, vestida con ropas blancas, una especie de corona con luces y una esfera luminosa en las manos (que después identificaban como el Sagrado Corazón), ¿que podrían pensar en esa época? Se dice incluso que el Sacerdote de la Comunidad donde residían los pastores, afirmaba que dichas apariciones tenían carácter demoniaco y que no era la Virgen quien les hablaba. ¿Porqué entonces la Iglesia se empeñó en afirmar que era la Virgen? ¿Será que en Portugal en 1917 se manifestó una realidad sin precedentes en la Historia moderna de la Humanidad y la Iglesia se apresuró a “absorberla” para no perder terreno en su influencia? ¿Es posible entonces que si la Iglesia no absorbiera estos fenómenos daría oportunidad a ser aceptados por la comunidad científica? ¿Es por ello que la Iglesia se apresura a “absorberlos” como parte del Panteón Católico para no perder terreno? ¿Será entonces que algo similar sucedió con la Virgen de Guadalupe en México, en donde la Entidad realmente se apareció al pastor mexicano? ¿Dicha Entidad que se apareció “sabía” de la importancia de su intervención? ¿O fue una casualidad aprovechada por la Iglesia para sus planes?

Finalmente, si exploramos la posibilidad de que no sean invento de la Iglesia y exploramos la posibilidad de su existencia, nos quedan preguntas muy interesantes: ¿Qué son éstas entidades? ¿Cuál es su propósito? ¿De dónde vienen? ¿Qué será lo que en realidad dijeron a los testigos?

Definitivamente creo que es más interesante y enriquecedor explorar diversas posibilidades, que afirmar categóricamente que todo es un engaño y que no existen, o en su defecto afirmar ciegamente por fe lo contrario. Recordemos que afirmar o negar no nos sirve. Las cosas son como una moneda, tienen dos caras opuestas, y si miramos una de ellas no estamos viendo la realidad completa en si. Sólo si damos valor a ambas podremos ver que cada una tiene posibilidades de ser  cierta.

Sea cual sea lo que pensemos, sea lo que haya sucedido en 1531, definitivamente dota de un nuevo matiz al paseo por el Cerro del Tepeyac, ya que existe la posibilidad de que estemos caminando en el escenario que ha sido testigo de la presencia de otra realidad…