viernes, 6 de marzo de 2009

Materia y conciencia: Viviendo en la frontera.

Hemos descubierto que somos un super organismo evolucionado cuya complejidad de la materia dió origen a una conciencia, a una sensación de "ser y de estar", a un conocimiento de nuestra propia existencia.
Que dicha complejidad alcanzada por la materia haya sido producto de la evolución natural, o inducida por un ser superior (sea este otro super organismo infinitamente mas complejo o un "Dios") quizá nunca lo sabremos.
Sin embargo, el hecho de ser un organismo "material" dotado de conciencia, nos sitúa en una especie de "frontera", entre un animal, y "algo" que no es material.
Si observamos nuestro cuerpo, no necesitaremos mucho análisis para ver que somos un animal, con todas las características agradables y desagradables que eso conlleva: Necesitamos comer y dormir. Estamos formados por órganos mal olientes y llenos de suitancias grasosas y desagradables. Nuestras excreciones son apestosas y llenas de microbios. Siento dolor y estoy hecho de carne.
Asi mismo, dicho cuerpo está gobernado por los instintos animales: de comer, reproducirse, sobrevivir, etc.
Entonces descubro que "soy y estoy" prácticamente atrapado en el cuerpo de un animal, pero al mismo tiempo, mi conciencia me permite crear mundos, sueños, y cuestionarme mi propia existencia.
Es por ello que el hombre está confundido por naturaleza, al descubrir su capacidad brutal y abstracta de la conciencia, pero al mismo tiempo limitado por el cuerpo animal y sus instintos.
Al dotar a un animal de una conciencia, se produce una lucha interna entre el animal y sus instintos (miedo, hambre, repoducción, supervivencia), contra la conciencia que lo dota del poder de "ser algo mas". Todo esto conlleva a una lucha, confusión y sufrimiento:un conflicto constante.
Y para empeorar las cosas, al dotar a un instinto de conciencia, se produce el nacimiento de una nueva sensación, más poderosa, pero menos comprendida: el deseo.
Del instinto de comer, surge la gula. Del instinto de reproducirse, surge la lujuria. Del instinto territorial surge la ambición. Del instinto de superviviencia surge el asesino.
Pero no todas las sensaciones nuevas son negativas: del institno maternal, surge el amor por los hijos y la familia, asi como del instinto de reproducción puede surgir el "amor" entre dos personas.
Que significa esto? Que todas las emociones, instintos y necesidades de un animal, ahora se le suma la conciencia de existir. Soy un animal que descubre que existe!
La lucha entre la conciencia y el animal, podría ser la causa de la confusión del hombre. Es como si dotáramos a un perro de conciencia, éste estaría envuelto en una lucha entre su naturaleza y sus nuevos "poderes" de conciencia. No sabría que hacer con ellos ni como manejarlos. Esto es lo que pasa al hombre: a veces sus instintos son más fuertes y le ganan a la conciencia (un asesino, un violador, etc) o la conciencia gana al instinto (un monje, un maestro).
Esta confusión, es el precio por vivir en la "frontera". No somos ni totalmente animales, ni tampoco somos totalmente "espirituales", y tenemos episodios en los que aveces gana uno u otro.

Somos un grupo de seres envueltos cada uno en una lucha interna entre sus dos partes. Esto daría un poco de luz a las causas del sufrimiento de los pueblos de este planeta. ¿Cómo pueden ponerse de acuerdo y convivir juntos un grupo de seres envueltos en una encarnizada lucha dentro de si mismos, confundidos y perdidos en sus propios universos? (Si vemos a nuestro alrededor, con todos sus problemas, ahora una ciudad me parece un VERDADERO triunfo de la humanidad).
Si todo lo anterior es verdad, entonces.... ¿hacia donde se da el siguiente paso en la evolución?

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